Las actividades virtuales como el teletrabajo y la educación a distancia impulsan la generación de desechos electrónicos debido a la continua adquisición de nuevos aparatos que respondan a las necesidades de las modalidades de estudio y trabajo establecidas durante la pandemia, señaló Ives Gómez Salas, coordinador de Proyectos Compuestos Orgánicos Persistentes del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
De acuerdo con el Observatorio Mundial de los Residuos Electrónicos, la cantidad global de estos materiales en 2019 alcanzó los 53,6 millones de toneladas, que equivale a un valor comercial de 57 mil millones de dólares.
Sin embargo, información del PNUD refiere que la generación anual de desechos suma ya más de 56 millones de toneladas. En este sentido el volumen mundial está aumentando a “un ritmo alarmante” de dos millones por año, y se estima que para el año 2030 sumen 74,7 millones de toneladas, esto implicaría una generación per cápita de nueve kilogramos de basura electrónica.
En entrevista, Gómez Salas subrayó que uno de los factores que potencializan el uso de aparatos electrónicos son “las reuniones virtuales, el teletrabajo y la educación en línea. Son de las constantes que vivimos en el 2020 y que vamos a seguir utilizando. Esto ha generado que haya una mayor compra de estos equipos que respondan realmente a las necesidades” de estas actividades.
Explicó que en México, la compra de computadoras creció 75 por ciento respecto al 2019; la de pantallas, 58 por ciento; la de consolas y videojuegos, 30, y celulares 29 por ciento.
Esto tiene que ver, explicó, con los cortos ciclos de vida de los aparatos, las pocas opciones de reparación, la cultura de consumismo y las bajas tasas de reciclaje. Particularmente México se ubica como el tercer lugar continental en la generación de residuos con 1.2 millones de toneladas anuales, de las cuales sólo se recupera un 3 por ciento.
Gómez Salas precisó que los residuos están constituidos por componentes tóxicos y peligrosos para la salud humana y el medio ambiente. Destacó el caso de los contaminantes orgánicos persistentes (Cops), los cuales “pueden generar enfermedades muy graves” como cáncer, dañar el sistema nervioso central y periférico, trastornos reproductivos y, sobre todo, alteraciones al sistema inmunológico, el cual es “muy importante en esta época para enfrentar de mejor manera la pandemia del Covid-19”.
Ante este panorama, el coordinador de proyectos Cops del PNUD precisó que se trabaja de manera conjunta con el gobierno federal para desarrollar y fortalecer planes de manejo a partir de los tres principales estados generadores de desechos electrónicos: la Ciudad de México, con alrededor de 117 mil toneladas; Jalisco, con 82 mil toneladas, y Baja California, con 58 mil toneladas.
Esto permitirá generar modelos que puedan ser replicados a nivel nacional y lograr el “objetivo primordial de identificar esta corriente de Cops y lograr un manejo diferenciado de los residuos electrónicos y ambientalmente adecuado en México.